Reseña – Wild Hearts, una entretenida y desafiante caza de monstruos
Cuando Koei Tecmo y Electronic Arts anunciaron Wild Hearts como un monster bopper gigante cooperativo, las comparaciones con la saga Monster Hunter fueron inmediatas.
En esencia y en apariencia parece ser la misma fórmula, sin embargo, una vez que nos adentramos en la caza de kemonos en la extravagante Azuma comprobamos que Wild Hearts es un juego que presenta un mundo hermoso y vibrante lleno de criaturas fascinantes, que mezcla bestias y naturaleza de varias maneras y que agrega herramientas jugables que lo hacen pasar de una simple imitación de Monster Hunter, y lo convierten en un título dotado de una personalidad que lo hace valerse por sí mismo dentro del género.
Foto: Electronic Arts
En armonía con la naturaleza
Wild Hearts nos lleva a la tierra de Azuma, donde la humanidad debe enfrentarse a fuerzas mágicas que permiten la existencia de portentosas bestias conocidas como Kemono. Se trata de seres mutados que entrelazan los elementos de la naturaleza en los cuerpos de animales normales, en lo que es una suerte de alebrijes que habitan un mundo lleno de magía ancestral.
En su forma más pequeña, hay kemonos que parecen un conejo con un arbusto frutal que crece en su espalda o una serpiente que se desliza por el aire con alas tenues. Sin embargo, son las criaturas más grandes las que representan la fuerza impulsora detrás de toda la historia de Wild Hearts, y los que por ende, serán los grandes rivales a vencer.
La sola presencia de estas bestias altera el entorno que les rodea, como un lobo de hielo gigante capaz de convertir un campo verde en un páramo cubierto de hielo y nieve, o una rata con una flor creciendo a través de su cuerpo capaz de conjurar un cerezo en flor para estremecer la tierra, o una especie de jabalí furioso capaz de producir lava en cada una de sus embestidas. Estas bestias son tan magníficas como peligrosas, y es justo dónde entra nuestro personaje.
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En Wild Hearts asumimos el papel de un cazador que se especializa en luchar contra Kemono. Se trata de un protagonista totalmente personalizado, al cual deberás darle nombre y apariencia. En lo que respecta a la narrativa, rápidamente te verás inmiscuido en las dificultades de un pueblo cercano llamado Minato.
Una vez que llegues a ese pueblo, servirá como tu refugio y centro de operaciones, y como el hogar de varios NPC de relevancia para el desarrollo de la trama. Los habitantes de Minato son en su mayoría vehículos para hacer avanzar la historia o para equiparte y prgresar tus habilidades de batalla. En ese contexto conocerás también a antiguos guerreros, a carismáticos obreros y a una jovén princesa de la región, la cual te encargará un gran número de misiones para ayudar al pueblo en su supervivencia contra los kemono.
Hay una destacada variedad de valores y personalidades encarnadas en los personajes que componen el lore de Wild Hearts. Por ejemplo, la azafata del pueblo se lamenta constantemente de lo impotente que es cuando la ayudas, mientras que el fabricante de accesorios, Yataro, es un malhumorado melancólico que pasa la mayor parte del juego quejándose de todo. Podrás también disfrutar de la compañía del samurái borracho Ujishige y del herrero Natsume, siempre alegre.
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Y destaco lo de los NPC porque en los videojuegos enfocados a la caza de mosntruos estos personajes suelen ser olvidables, por decir lo menos, pues todo se enfoca en lo a lo que pasa en el campo de batalla. Sin ebargo, en Wild Hearts se nota que se hizo un esfuerzo adicional por construir a los seres que aocmpañan tu aventura y la mayoría de ellos se ven geniales, incluido tu personaje, pues vale decir que Wild Hearts tiene uno de los mejores creadores de personajes que he visto con una increíble variedad de opciones.
El mundo de Azuma también tiene vida propia y es un elemento que aporta significativemente en la narrativa del jeugo. Sus áreas cuentan con una hermosa variedad de terreno, que incluye todo tipo de campos, costas y laderas de montañas que esconden barcos piratas destruidos, templos rotos y ruinas de castillos tumultuosos invadidos por los Kemono y sus elementos naturales.
Cada región es una delicia para explorar y el Kemono cambiándolos mientras luchas es un espectáculo para la vista. Tanto la exploración como la batalla cuentan con la ayuda de una banda sonora orquestal hermosa que se hincha a medida que te adentras en las profundidades de la pelea en una experiencia que sería totalmente inmersiva de no ser por sus constántes fallas de rendmiento.
Foto: Electronic Arts
Cazador estilo samuraí
Para derrotar a los Kemono tendrás que convertirte en un maestro de la espada o el arco (según el arma de tu elección) y del Karakuri, una técnica especial que te permite invocar objetos.
Wild Hearts tiene una buena variedad de clases de armas, cada una con trucos que son divertidos de aprender. El Nodachi se siente simple pero lento, con golpes de alto impacto y una movilidad limitada; el arco es ideal para lucha a distancia, el Bladed Wagasa (un paraguas con cuchillas) tiene una parada que permite a los jugadores negar los ataques de monstruos y cargar su poder de ataque si lo hacen bien. Son un total de 8 y cada una es tan interesante de aprender tanto por sí sola como en combinación con Karakuri.
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En ese sentido, los Karakuri también son una gran aportación a la jugabilidad. Varían en sus usos entre configuraciones de campamento, recorrido de mapas y combate. Por ejemplo, las tiendas de campaña son Karakuri que te permiten aparecer en varios lugares del mapa, lo mismo ocurre con las forjas que te permitien cambiar de armas o crear nuevas o las torres de reconocimiento que utilizas para saber la ubicación de los Kemono.
El uso de una tienda de campaña agota muchos recursos a menos que estés en un lugar especial, por lo que elegir cuidadosamente a dónde quieres poder llegar rápidamente se vuelve muy importante. Afortunadamente, puede destruirlos si siente que no los ha colocado de manera efectiva, recuperando esos recursos.
También se pueden crear tirolinas, catapultas y otros atajos transversales a través de mapas que juegan un papel muy importante para moverte con mayor eficacia a través del mapa. De hechp, vale decir que la movilidad es un tanto compleja, y algunos puntos de control o un medio de transporte más veloz habrían caido bien. Por supuesto, hay aplicaciones de combate para Karakuri, con algunas piezas que te daran un imopulso para alcanzar zonas altas, otras que servirán como barrera y algunas más que ptencían tus armas.
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En medio de la batalla, de vez en cuando recibirás un mensaje en cámara lenta para desplegar uno o más Karakuri pequeños. En general, estos le brindan ataques únicos para atacar las debilidades de Kemono. Es aquí donde la jugabilidad de Wild Hearts imprime su propio sello, pues puedes ganar usando solo tus armas, pero usar Karakuri de manera efectiva junto con tus ataques regulares hace que el juego de Koei Tecmo realmente brille y rebose personalidad.
En Wild Hearts puedes recolectar ingredientes para comer y obtener aumentos de estadísticas como mayor salud y probabilidad de golpe crítico, pero los efectos no desaparecen hasta que terminas una misión o cazas o abandonas el mapa. Eso significa que incluso si mueres y te eliminan, los efectos de tus alimentos permanecerán activos. Incluso puedes borrar fácilmente los efectos de tus alimentos y comer nuevos alimentos para obtener los aumentos de estadísticas que deseas. Lo mismo ocurre con el material que necesitas para contruir tus Karakuri, los cuales obtendrás mayritariamente de árboles y rocas.
En lo que respecta al modo multijugador fue muy fácil de configurar. El juego cruzado es fluido y también puedes tirar los dados e invitar a jugadores aleatorios a muchas de las cacerías y misiones a lo largo del juego cuando necesites ayuda. Me gusta que Wild Hearts eliminó muchos artilugios para permitir que los jugadores lo disfruten sin demasiada confusión o complicación, todo mientras mantiene el desafío bastante intacto. Eso sí, sigo prefiriendo mil veces la aventura en solitario.
Foto: Electronic Arts
El desafio de Wild Hearts es otro de los aspectos positivos del juego, pues tiene un nivel equilibrado. La curva de aprendizaje es dura, y los primeros enfrentamientos con los Kemono serán complicados, hasta que domines sus patrones de ataque y los distintos comandos. Una ves logrado esto último, notarás que las batallas son entretenidas, y que será fácil perder la noción del tiempo mientras cazas a una de estas temibles bestias.
Ahora, debemos decir que Wild Hearts está lejos de ser una experiencia perfecta. A pesar de lo hermoso que es el juego las caídas en la velocidad de fotogramas son constántes y te acompañan a lo largo de toda la aventura. Los bugs también estan presentes de forma regular, con tu samuraí escalando de la nada una pared invisible, o quedándose atorado en el tronco de un árbol. Del mismo modo, si realmente disfrutas de la complejidad de otros juegos del género como Monster Hunter, es posible que Wild Hearts carezca un poco de algunas opciones que para ti se sientan imprescindibles.
Lo bueno
- Universo majestuoso, con escenarios vibrantes
- Diseño de monstruos
- Mecánicas de juego le dan su propio sello a la caza de monstruos
- Sistema de progreso desafiante
- Opciones de personalización
Lo malo
- Caidas en la velocidad de fotogramas
- Bugs constántes
- La movilidad es compleja y se deben cubrir grandes terrenos en el mapa
Veredicto
Wild Hearts es un videojuego que cumple y supera las expecatativas. Se vuelve muy divertido a medida que experimentas sus armas, dispositivos, entornos, música y enfrentas a las temibles criaturas que habitan Azuma.
El Karakuri es más que un truco y proporciona una increíble variedad de herramientas dentro y fuera del combate que lo convierten en un elemento básico de la jugabilidad que porta un sello distintivo a Wild Hearts. Cuando sentí que dominaba todo lo que un arma podía hacer, fue el Karakuri y la variedad de formas en que podía combinarlo con mi equipo lo que me mantuvo interesado en aprender y experimentar. Y claro, como mencionamos Wild Hearts no es perfecto, pero sin duda mejora y diversifica la fórmula en los juegos de caza de demonios, y esto es un gran logro por sí solo.