Después de diez episodios de ñoñez absoluta, Color Hormiga cierra su primera temporada con broche de oro. La conclusión de todos nuestros recorridos clavados llega en un conversatorio único con un maestro del gore mexicano, el gran Lex Ortega.
Esta chorcha celebra el fin de un año histórico para el horror y el cine mexicano. Por eso, quisimos discutir lo que significa hacer películas de género con uno de los realizadores independientes más provocadores e irreverentes de nuestro país.
Además, este episodio coincide con un logro sin precedentes: Atroz, el primer largometraje de Lex, se estrenó en salas comerciales durante los meses de octubre y noviembre. Quien no haya visto esta joya brutal tal vez no puede entender la magnitud de este hito: cuando vi Atroz en una sala comercial, de diez personas sólo la acabamos de ver dos. Es una cinta de cruda violencia que se siente particularmente cercana; porque ésta es la violencia que conocemos como nuestra: chilanga, mexicana, misógina, homofóbica, transfóbica, estúpida. Y por eso, pocos la soportan y todos la necesitan.
A través del gore, Ortega hizo una crítica acérrima a las buenas conciencias de este país, a la familia clasemediera y sus odios, a los miedos a lo diferente que permean, cada vez más, en nuestra vida diaria. Y, en el contexto de este estreno histórico, Lex nos platica de la experiencia de hacer una cinta bajo la estela del gran Ruggero Deodato (Cannibal Holocaust) en un país que rechaza sistemáticamente los experimentos cinematográficos.
Así que acompáñenos en esta búsqueda por los rincones oscuros de nuestra podrida ciudad, de nuestro dolido país y de nuestra limitada producción cinematográfica. Vengan, pues, para hablar de otros horizontes posibles; vengan a recorrer la carrera de Lex, las locuras de la antología México Bárbaro, los intrincados caminos del diseño sonoro y las dificultades de producir cosas brutales y ofensivas que remueven la tripa de los indiferentes.
Venga, finalmente, para celebrar nuestro fin de transmisiones con una conversación amena sobre el futuro de nuestro cine, el pasado de nuestros cariños y el presente rojo de nuestra realidad.