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El robot de Scarlett Johansson: ¿qué nos dice de la tecnología y de nosotros mismos?

¿Ciencia o cosificación? Cuando pensamos en robots nos imaginamos a un Terminator y debates sobre qué es ser humano. Sin embargo, entre más nos acercamos a un mundo en el...

¿Ciencia o cosificación?

Cuando pensamos en robots nos imaginamos a un Terminator y debates sobre qué es ser humano. Sin embargo, entre más nos acercamos a un mundo en el que los robots y la verdadera inteligencia artificial sean una realidad, cuestionamientos bastante actuales siguen saliendo a flote.

Hace un par de semanas vimos cómo Tay, la nueva IA de Microsoft que pretendía emular a una adolescente, se hizo un caos cuando se convirtió en un robot pro Hitler, pro Trump y conspiracionista, lo cual de alguna manera se transforma en un espejo de nuestra conducta. Ahora, un nuevo robot ha cautivado nuestra atención. Se trata de Mark 1, o mejor conocido como Scarlett Johansson Robot.

Esta máquina fue desarrollada por un diseñador y programador llamado Ricky Ma, quien hizo todo el trabajo desde una impresiora 3-D en su hogar y de manera autodidacta. El trabajo costó 50 mil dólares y 18 meses del tiempo de Ma.

El resultado es un robot con la obvia similitud física con la actriz Scarlett Johansson. El trabajo del diseñador de Hong Kong no representa un enorme paso para el desarrollo de la robótica, pero sí es la muestra del trabajo que se podrá hacer conforme el acceso a estas tecnologías se va a abaratando…

Roxxxy, un robot sexual de True Companion que en un futuro llegará al mercado.

No es lo único, la creación de este robot abre un cuestionamiento que se ha hecho desde el primer anuncio de robots sexuales: si una persona no consigue estar con la persona que desea, ¿es posible sustituir a la persona con un robot que la emule? ¿Incluso existe una barrera que frene eso?

Legalmente hay antecedentes que no han permitido cosas así –y seguro que Johansson podría proceder si Ma comercializa a Mark 1–, sin embargo, Margot Kaminski hace un planteamiento que vale la pena reflexionar y que se refiere, entre otras cosas, a una cosificación bastante explícita de la mujer:

“No hay duda de que mientras la tecnología robótica se democratice, veremos un aumento en intentos para crear a tu propia Kim Kardashian personalizada, por ejemplo […] Y no cabe duda tampoco en mi mente que esto tendrá un componente de género. Siri es una mujer, Cortana es una mujer; si los robots existen para realizar asistencia laboral o personal, hay una buena posibilidad de que sean mujeres.”

Algunos podrán recordar el documental “The Digital Love Industry”, sobre los juguetes sexuales digitales. Entre otras cosas, tratan también sobre la sustitución de parejas, lo cual está marcando una tendencia en lo que una parte de la robótica e IA están tratando de resolver, más cuando vemos el trato que Tay recibió y los temas que toca Kaminski. Para no hacer esto más largo, les dejamos abierto este tema a su respectivo debate.

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