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El doodle de hoy celebra a William Perkin, el descubridor de los colorantes artificiales

El científico británico hizo una fortuna al crear colorantes y tintes artificiales.

Google nos sorprendió hoy con un hermoso doodle que festeja el 180 aniversario de nacimiento de William Perkin, el descubridor de los colorantes artificiales.

A los 15 años de edad, Perkin ingresó al Real Colegio de Química de Reino Unido. Y a los 17 se convirtió en el asistente de August Wilhelm von Hofmann, un famoso químico que pretendía sintetizar la quinina: un componente de la medicina contra la malaria.

Fotografía de William Perkin en 1906.

En 1856, mientras Holfmann se encontraba de vacaciones, Perkin descubrió accidentalmente que al diluir la anilina ésta se coloraba. Así, se dio cuenta de que había obtenido el primer tinte sintético (la llamada anilina morada, malveína, o en su honor, malva de Perkin).

Con apenas 18 años, Perkin patentó la idea y se volvió millonario. Junto con su padre y hermano fundó una fábrica para producir estos tintes, ya que el color obtenido (el morado) había sido el más difícil de crear de forma natural, y por eso se asociaba con los aristócratas.

De una manera meteórica y con tan sólo 21 años de edad, Perkin ya era uno de los científicos más importantes de su tiempo con un único descubrimiento. Su fortuna era tanta, que se retiró a los 36 años de edad y dedicó el resto de su vida a la investigación científica.

Otro Doodle de Perkin que al final fue descartado.

William Perkin se convirtió en el principal promotor de la investigación sobre los colorantes, tintes y pinturas: una industria química que se volvió una de las más redituables. A lo largo de su vida, Perkin descubrió una gran variedad de tintes sintéticos y también diversificó su producción con perfumes, a la vez que se convirtió en una persona popular en el mundo de la moda por su aportación a los colores en los tejidos.

Además, el científico descubrió un método para cambiar la estructura de los compuestos orgánicos en su nivel molecular. Gracias a este proceso, conocido como Síntesis Perkin, produjo la cumarina, un compuesto sintético con un agradable olor a vainilla.

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