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Inteligencia artificial encuentra ancestro perdido de la humanidad

Un hibrido de neandertales y denisovan podría ser la tercera madre de la especie humana.
Imagen de un neandertal en un museo
(Life in a Pixel / Shutterstock)

Seguramente han visto el video de un pequeño niño predicador, que afirma que él “no desciende de un mono”. Bueno, pues el pequeño fascista cristiano tiene razón, los humanos no descendemos de los monos, al menos no directamente. La evolución del humano se dio gracias a un montón de cruces interespecies que han dejado rastros de su ADN en nuestras cadenas de ácido desoxirribonucleico.

Hasta ahora se sabía que las dos familias directas de las que desciende nuestra especie son los neandertales y los denisovanos, pero un equipo de científicos descubrió, a partir de un algoritmo, pistas de una tercera raíz de los seres humanos.

“Hace unos 80.000 años, se produjo la llamada Salida de África, cuando parte de la población humana, que ya estaba formada por humanos modernos, abandonó el continente africano y emigró a otros continentes, dando lugar a todas las poblaciones actuales. Sabemos que a partir de ese momento, los humanos modernos se cruzaron con neandertales en todos los continentes, excepto África, y con los Denisovans en Oceanía y probablemente en el sudeste asiático, aunque no se ha confirmado la evidencia de cruzamiento con una tercera especie extinta”, dijo Jaume Bertranpetit, investigador principal del Instituto de Biología Evolutiva.

El equipo construyó un modelo demográfico basado en el aprendizaje profundo en un marco de cálculo Bayesiano aproximado, para inferir la historia evolutiva de las poblaciones euroasiáticas, incluidos los eventos de introgresión pasados en poblaciones fuera de África que se ajustan a la evidencia genética actual.

“Además de las introgresiones reportadas de neandertales y denisovanos, nuestros resultados apoyan una tercera introgresión en todas las poblaciones asiáticas y oceánicas de una población arcaica. Esta población está relacionada con el cruce Neandertal-Denisovan o se separó temprano del linaje denisovano”.

La existencia de este nuevo ancestro también está respaldada por la evidencia fósil encontrada en Siberia en agosto pasado. El hueso parecía haber pertenecido a un niño neandertal-denisovan, o híbrido. Si bien, un análisis más profundo reveló que el padre denisovano tenía al menos un ancestro neandertal, lo que sugiere que este tipo de apareamiento entre especies era más frecuente.

Los científicos afirman que cada simulación que genera el algoritmo muestra un posible camino en la historia de la humanidad, lo cual podría aclarar un poco el complicado rompecabezas que es la historia genética de nuestra especie, de la cual aún contiene piezas sin un origen aparente.

Una de las formas de distinguir entre dos especies es que, si bien ambas pueden cruzarse, no suelen producir descendientes fértiles. Sin embargo, este concepto es mucho más complejo cuando se trata de especies extintas. De hecho, la historia contada por el ADN humano actual difumina las líneas de estos límites, preservando fragmentos de homínidos de otras especies, como los neandertales y los denisovanos, que coexistieron con los humanos modernos hace más de 40 mil años en Eurasia.

Los investigadores dicen que el estudio implica que el individuo de especies cruzadas no fue un hecho aislado, sino parte de un proceso de introgresión. Sin embargo, todavía no están descartando otras posibilidades.

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