Un nuevo estudio confirma que un par de gafas son más que suficientes para que la gente tenga problemas para reconocernos.
Si son entusiastas de los cómics o han visto alguna aparición de Superman en el cine y la televisión, seguramente conocerán también a su alter ego terrícola, Clark Kent, aquél periodista dedicado que todos los días asiste a las oficinas del Daily Planet. Si ustedes son como yo, es probable que hayan reído y se hayan preguntado a sí mismos “¿cómo diablos es que nadie puede darse cuenta de que él es Superman?”
Pues bien, en realidad hay una buena explicación científica que es muy natural en todos nosotros. Resulta que cualquier accesorio que se encuentre en el rostro, como, generalmente, lentes o una peluca, pueden distorsionar por completo nuestra capacidad para reconocer a la persona en cuestión, así que, por ejemplo, si conocemos a una persona que usaba gafas para ver, y la vemos por segunda vez en alguna situación en la que no los lleve puestos, es probable que no la reconozcamos.
Para comprobarlo, un par de psicólogos de Nueva York, llevó a cabo pruebas con varios voluntarios. Allí les mostraron pares de imágenes en donde se apreciaban rostros de personas en situaciones casuales, como selfies o fotografías comunes de Facebook, entonces los voluntarios debían identificar cuáles de esas personas eran la misma, y cuáles eran distintas, aunque todas se parecieran entre sí.
En el 80% de los casos, los voluntarios pudieron identificar satisfactoriamente a las personas, colocándoles con su par correcto. La trampa es que en estos casos se mostraron fotografías donde las personas usaban lentes o no los usaban. Pero cuando se comenzaron a mostrar imágenes en donde en una foto la persona utilizaba lentes, y en la otra no, los problemas comenzaron, porque ese porcentaje se redujo a un 76%, lo cual parece muy poco, pero de acuerdo con los investigadores, es estadísticamente importante.
El estudio que fue publicado a través de Applied Cognitive Psychology también explica que esto solamente ocurre cuando vemos un rostro por primera vez, pues cuando estamos familiarizados con la persona en cuestión no importa qué accesorio lleven puesto, lo podremos reconocer de todos modos. Así que es por ello que tú puedes reconocer a tus amigos o a tu familia en todo momento y por qué Lois Lane tampoco tiene problemas para encontrar a su Superman.