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Ciudades europeas buscan ser la nueva meca de la tecnología

El continente posee un ecosistema de empresas vibrante y que crece día con día. Ya todos lo sabemos: Silicon Valley es la capital tecnológica del mundo. Fuera de ella, todo...

El continente posee un ecosistema de empresas vibrante y que crece día con día.

Ya todos lo sabemos: Silicon Valley es la capital tecnológica del mundo. Fuera de ella, todo es provincia. Sin embargo, como no queriendo la cosa, algunas ciudades europeas han comenzado a llamar la atención debido a la rapidez con que sus empresas logran posicionar sus productos en las primeras ligas del mercado, agrandando así el —hasta ahora— reducido mapa de la innovación y la comunicación globales.

De este modo, compañías de tecnología profunda —es decir: empresas que desarrollan nueva propiedad intelectual (IP)— están pululando a lo largo y ancho del antiguo continente a una velocidad pasmosa y con una variedad que no se limita a conquistar sus ciudades más importantes. Hay vida, pues, más allá de Londres, Berlín y Estocolmo.

Al menos así lo dejó claro el State of European Report Tech,  el cual fue publicado el pasado miércoles por segundo año consecutivo y en el cual puede leerse que ciudades como Munich, Zurich, Lisboa, Madrid y Copenhague serán lugares en los que tendremos que estar pendientes los próximos años.

El reporte fue realizado por Atomico y Slush,  dos compañías que han mostrado interés en apoyar la escena tecnológica europea. “Creemos que el futuro de la tecnología está en Europa. Cada es más común que servicios importantes con billones de usuarios se desarrollen y construyan desde aquí”, afirmó Tom Wehmeier, jefe de investigación de Atomico.

El documento, que enumera diversas fuentes y cubre un periodo de cinco años y nueve meses a partir del 2011, destaca el éxito de docenas de compañías tecnológicas en Europa, entre las que sobresalen, obviamente, Spotify y King. Menciona, además, el nombre de algunas compañías que han sido adquiridas por gigantes de la tecnología, como es el caso de ARM, comprada por SoftBank por 32,000 millones de dólares en Junio; NXP Semiconductors, la cual fue vendida a Qualcomm (empresa fabricante de chips ubicada en Silicon Valley) por 47,000 millones; DeepMind, que pasó a formar parte de Google por la nada desdeñable cantidad de 500 millones de dólares; y Evi, una empresa de Cambridge, adquirida recientemente por Amazon, quien tuvo que desembolsar 26 millones.

“Estos días, si deseas construir un producto de consumo como Supercell o Spotify o incluso una empresa de tecnología profunda, es más fácil quedarse y crecer desde Europa. Sobre todo porque yo diría que la fuerza gravitacional de Silicon Valley parece cada vez más débil de lo que solía ser. Si algo está sucediendo es que cada vez más dinero fluye de California a otras partes del mundo y Europa se está beneficiando de ello”, declara David Helgason, fundador de Unity Technologies en uno de los apartados del reporte, el cual recoge bajo el título “En sus propias palabras” declaraciones de algunos de los empresarios europeos más importantes del momento.

Amazon, Apple, Google, Microsoft y Facebook —los cinco titanes— han adquirido 52 compañías tecnológicas europeas desde 2011. Y 36 de esas adquisiciones se han llevado a cabo sólo desde enero de 2014: ¡una por mes hasta septiembre de este año! Según el reporte, 2016 establecería un record en lo que se refiere a este flujo de capital.

Con mucho menos dinero que su competencia estadounidense, las empresas europeas están a la vanguardia en lo que a inteligencia artificial se refiere. Más que un mercado enorme, como ha señalado Khaliq —un inglés que construyó su propia empresa de software valuada en 1000 millones de dólares— Europa siempre ha sido “buena con los investigadores y académicos”, lo que le ha permitido sostener programas de investigación a lo largo de décadas, los cuales están dando ya sus frutos.

La cuestión no puede estar más clara. Silicon Valley intuye lo que este reporte nos señala: que la gran innovación tecnológica de los próximos años puede llevarse a cabo fuera de las fronteras de los Estados Unidos, sobre todo ahora que las políticas de este país en materia empresarial, tras la llegada de Donald Trump, podrían complicar las cosas.

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